Una vez más Peder nos sorprende con la intersección sorprendente entre organicismo líquido, solidez arquitectónica, asimetrías equilibridas, y funcionalidad extrema, en una pipa bellísima y que repercute en el observador generando reacciones instantáneas y viscerales. Estamos frente a una obra de arte.
Como siempre, las calidades de los materiales son indiscutibles, lo mismo que las terminaciones. Como es de esperar en un artista de esta envergadura.
La pipa, llena de asimetrías y de guiños subliminales, tiene una cara lateral plana y la otra redondeada para encajar perfectamente en la palma de la mano de los fumadores diestros. La cazoleta, de muy gruesas paredes, también es asimétrica en altura y contornos, y la base plana, que la convierte en una sitter, está recorrida de punta a punta por muy profundo y texturado plateaux, el cual es imposible no buscar con los dedos mientras se la tiene en la mano.
Podría escribir varias páginas sobre esta pipa sin lograr hacerle justicia. Prefiero que la miren en detalle y se pregunten que genera en ustedes...
Lejos la que más me gusta de este último envío del maestro danés.
 
JMV