Las pipas delicadas y despojadas en extremo de Pavel muchas veces presentan un desafío para el reseñador: la falta absoluta de detalles llamativos y de juegos creativos que atrapen la atención hace que uno se vea obligado a apreciar la pieza como un todo donde función y forma se encuentran unidos de manera inextricable.
Esta pipa define el destino creativo al que todo carver de alguna manera apunta y representa la unión perfecta de buen gusto y talento puestos al servicio de la función. No hay artificio. No hay artilugio. Es una pipa. La pipa que toda pipa debería ser.
La ejecución es soberbia en su simplicidad y el lenguaje que el artista escoge es el de los materiales nobles de altísimo grado traídos a la vida a través del profundo conocimiento de las herramientas y técnicas del oficio.
Un haiku que, de rim a botón, conmueve por su pureza.
 
JMV