Una vez más Clark nos sorprende con un despliegue de energía creativa pura con este dinámico Dublin.
El arenado, extremadamento profundo, es uno de los protagonistas principales de la pieza y no necesita de contratses en el teñido para hacerese evidente.
La casi lúdicas curvas, contracurvas, y aristas inesperadas, se entrelazan entre si tejiendo una pieza de textura armoniosa y reposado equilibrio
Tiene algunos detalles que atraen particularmente, como la caña oval rotada, estirada, y terminada en cantos afilados, o el ojo de perdíz que se ve con claridad en todo el rim y que es revelado por el intenso arenado.
La selección del material de la boquilla, y su impecable terminación, rematan con clase un conjunto atrapante.
Lo que parecerían ser asimetrías extremas y desproporciones casi violentas, se convierten, en las manos de Clark, en una pieza de contemporánea elegancia marcada por su singular estito artístico que aporta un leitmotif unificador a detalles que, aislados, reaultarían disonantes.
Bravo!
 
GB